Tres tipos de batería diferentes, muchas características comunes
Las baterías AGM y EFB se caracterizan por ofrecer un alto rendimiento. A pesar de sus diferencias técnicas, las últimas generaciones de estas baterías tienen muchas ventajas en común: necesitan menos mantenimiento y son más fiables que hace diez años gracias a los avances en la tecnología de baterías.
Hace solo unas décadas había que comprobar con frecuencia el nivel de ácido de la batería y llenarla con agua destilada si era necesario. En las baterías modernas sin mantenimiento, la pérdida de agua es tan baja que no es necesario rellenar con agua destilada durante su vida útil.
Baterías de arranque, baterías EFB y baterías AGM: diferencias entre ellas
- Baterías de celdas húmedas (SLI): de probada eficacia y económicas
Una batería de arranque convencional contiene seis celdas. Una celda de batería, también llamada bloque de placas, está compuesta por un conjunto positivo y un conjunto negativo de placas, que a su vez están compuestos por varios electrodos.
Los electrodos positivos constan de un material activo hecho con óxido de plomo y de una rejilla positiva de una aleación de plomo. La estructura de la rejilla confiere una estructura sólida a los electrodos y sirve a la vez como conductor eléctrico. El material activo está sumergido en un electrolito, que consiste en una mezcla de ácido y agua destilada.
Los electrodos negativos también constan de un material activo, pero de plomo puro en este caso, y de una rejilla negativa. Los electrodos de diferente polaridad están separados por un separador. La capacidad necesaria de la batería se obtiene conectando las placas de las celdas en paralelo. Conectar las celdas en serie proporciona la tensión requerida de 12 voltios.
¿Quiere saber más?
Las baterías convencionales, como las de plomo-ácido, son el tipo más común de batería. Esta tecnología suele denominarse «SLI» en referencia a las funciones principales de la batería de un vehículo: arranque, alumbrado y encendido (starting, lighting and ignition). Son adecuadas para vehículos sin tecnología start-stop y con una cantidad moderada de consumidores eléctricos.
- Baterías EFB: muchos ciclos de carga y larga vida
Las baterías EFB son una versión optimizada y de mayor rendimiento de la batería húmeda. La abreviatura «EFB» significa enhanced flooded battery. En este caso, las placas también están aisladas entre sí con un separador microporoso. Entre la placa y el separador también hay una malla de poliéster. Este material ayuda a estabilizar el material activo de las placas y a prolongar la vida de la batería. Las baterías EFB ofrecen una gran cantidad de ciclos de carga y duplican con creces el rendimiento en descarga parcial y profunda de las baterías convencionales.
Las baterías EFB suelen instalarse en vehículos con sistema start-stop automático simple. Dado su rendimiento superior, las baterías con tecnología EFB también son cada vez más utilizadas para sustituir baterías de plomo-ácido convencionales.
- Baterías AGM: rendimiento y capacidad de carga elevados
Las baterías AGM son versátiles, tienen un alto rendimiento y están diseñadas para altos requerimientos. En principio, la estructura de una batería AGM es la misma que la de una batería de celdas húmedas. Sin embargo, en una AGM el electrolito no flota libre, sino que está retenido en un separador especial de fibra de vidrio. De ahí el nombre absorbent glass mat (AGM). Su gran superficie de contacto contribuye a producir energía y también hace que la batería sea a prueba de fugas. Gracias a su diseño, esta batería está sellada herméticamente. Esta característica permite que el oxígeno y el hidrógeno se recombinen en su interior, por lo que no hay pérdidas de agua. Para protegerlas de una presión excesiva, las celdas están equipadas con una válvula de seguridad para mantenerlas seguras incluso en caso de fallo de la batería.
En relación con la vida útil, las baterías AGM reportan ventajas considerables respecto a las baterías de arranque. Una batería AGM resiste tres veces más ciclos que una batería de arranque convencional. Otra ventaja de las baterías AGM es que no dependen de su posición en el vehículo, ya que la retención del electrolito evita los escapes de líquido. El ácido de la batería no se sale ni siquiera si esta se fractura.
Las baterías AGM son idóneas para vehículos con sistema start-stop automático con recuperación de la energía de frenado, ya que las baterías de arranque convencionales no son capaces de responder a las grandes demandas de energía de estos sistemas. Las baterías AGM también son la opción adecuada para los coches con un elevado consumo de energía y gran cantidad de consumidores eléctricos.
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En algunos casos merece la pena cambiar a una tecnología de batería diferente de mayor rendimiento. Aquí puede leer sobre cuándo es este el caso. Una batería AGM siempre debe cambiarse por una batería AGM. Si se instala una batería convencional en un vehículo start-stop, cabe esperar una disminución considerable de la vida de la batería o limitaciones de funcionamiento del sistema de gestión de energía del vehículo. Esto también ocurre con la función start-stop desactivada.